Recomendaciones para llevar a tu bebé a la piscina



Llevar a un bebé a la piscina puede ser una experiencia maravillosa llena de beneficios. Además de proporcionarle diversión y entretenimiento, la piscina ofrece un entorno estimulante que promueve el desarrollo físico, sensorial y emocional del bebé. El agua suave y cálida proporciona una sensación reconfortante, fortalece los músculos y mejora la coordinación motora; así mismo, el contacto con el agua estimula los sentidos del bebé, fomentando su curiosidad y exploración.


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Es importante pasar tiempo con tu pequeño y compartir momentos con él en la piscina promueve los vínculos emocionales, crea recuerdos felices y duraderos; por eso, en este artículo queremos contarte un poco sobre los beneficios de ir con tu bebé a la piscina y te daremos algunas recomendaciones muy útiles para que disfrutes la experiencia de una manera completa.

¿Por qué es importante llevar a mi bebé a la piscina?

Como te hemos dicho, llevar a tu bebé a la piscina puede ser una experiencia enriquecedora tanto para él como para ti. Esta actividad tiene muchos beneficios, estos son algunos de ellos:

  • Desarrollo físico: la piscina ofrece un ambiente acuático que estimula el desarrollo físico de tu bebé. El agua proporciona resistencia suave, lo que fortalece sus músculos y promueve el desarrollo de habilidades motoras. Además, flotar en el agua puede ayudar a mejorar su equilibrio y coordinación.
  • Estimulación sensorial: el agua de la piscina estimula los sentidos de tu bebé de una manera única; la sensación del agua en su piel, su sonido al moverse y sus diferentes temperaturas contribuyen al desarrollo sensorial y estimulan la curiosidad de tu bebé.
  • Aprendizaje temprano: la piscina es un entorno divertido y seguro para que tu bebé explore y aprenda, puede descubrir nuevas sensaciones, experimentar el movimiento en el agua y adquirir confianza en sí mismo. Además, las actividades en el agua pueden fomentar su capacidad de atención, concentración y aprendizaje temprano.
  • Vínculo emocional: pasar tiempo en la piscina con tu bebé crea la oportunidad de fortalecer el vínculo emocional entre ambos. El contacto físico en el agua, el juego y la comunicación afectuosa promueven la conexión emocional y refuerzan la relación de confianza entre ambos.
  • Estimulación del sistema inmunológico: la exposición controlada al agua de la piscina puede ayudar a fortalecer el sistema inmunológico de tu bebé. La interacción con otros niños en el agua también puede contribuir a la construcción de defensas contra enfermedades comunes.

Recomendaciones para ir con tu bebé a la piscina

Al llevar a tu bebé a la piscina, es importante tener en cuenta las precauciones necesarias para garantizar su seguridad y bienestar. Asegúrate de utilizar flotadores adecuados, supervisar de cerca a tu bebé en todo momento y mantenerlo protegido del sol con bloqueador solar y ropa adecuada. Consulta siempre con un profesional de la salud antes de iniciar cualquier actividad acuática con tu bebé para asegurarte de que sea seguro y apropiado para su edad y desarrollo.


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Recuerda que cada bebé es único y puede tener diferentes necesidades y reacciones al agua. Observa las señales de tu bebé y adapta las actividades acuáticas según su nivel de comodidad y disfrute. ¡Comparte estos preciosos momentos junto a tu bebé y crea recuerdos inolvidables!

  • Edad adecuada: antes de llevar a tu bebé a la piscina, asegúrate de que tenga la edad recomendada para la actividad. Por lo general, los expertos sugieren esperar hasta que el bebé tenga al menos seis meses de edad, ya que a esa edad su sistema inmunológico es más fuerte y su desarrollo físico le permite adaptarse mejor al agua.
  • Protección solar: la piel de los bebés es especialmente sensible al sol, razón de peso para protegerla adecuadamente. Aplica protector solar de amplio espectro con un factor de protección solar alto y asegúrate de cubrir todas las áreas expuestas de la piel, incluyendo las orejas, el cuello y los pies. Además, viste a tu bebé con ropa de baño que cubra la mayor parte de su cuerpo y usa un sombrero de ala ancha para proteger su rostro.
  • Higiene: antes de entrar a la piscina, asegúrate de que tu bebé esté limpio y sin ninguna irritación en la piel. Lávale bien las manos y los genitales para evitar la propagación de bacterias en el agua.
  • Supervisión constante: nunca dejes a tu bebé solo en la piscina, incluso si es solo por un momento. Mantén una supervisión constante y cercana en todo momento, recuerda que los bebés pueden ahogarse en tan solo unos segundos, por lo que es esencial estar siempre alerta y prestar atención a su seguridad.
  • Temperatura del agua: asegúrate que la temperatura del agua sea adecuada para tu bebé, el agua de la piscina no debe estar demasiado fría ni demasiado caliente. Una buena regla general es mantenerla a una temperatura cómoda y agradable para tu bebé.
  • Introducción gradual: si es la primera vez que llevas a tu bebé a la piscina, es recomendable que vayas introduciéndolo de manera gradual. Comienza por sumergir sus pies y manos en el agua para que se vaya acostumbrando a la sensación; luego, poco a poco, puedes sumergir su cuerpo hasta que se sienta cómodo, tranquilo y seguro.
  • Actividades acuáticas adecuadas: realiza actividades acuáticas adecuadas para la edad de tu bebé como divertirse con juegos suaves en el agua, cantar canciones o simplemente dejar que se divierta chapoteando. Evita cualquier actividad que pueda resultar brusca o poner en peligro su seguridad.
  • Tiempos en la piscina: empieza con períodos cortos y, gradualmente, aumenta la duración de las sesiones de natación a medida que se sienta más cómodo.
  • Utiliza pañales acuáticos: para prevenir accidentes, asegúrate de ponerle pañales acuáticos a tu bebé, estas prendas son desechables y están diseñadas específicamente para su uso en el agua. Esto evitará cualquier fuga y mantendrá el agua limpia.

Recuerda que cada bebé es único y puede tener diferentes necesidades y adaptaciones al agua. Siempre sigue tu instinto como mamá y papá, haz lo que consideres mejor para tu bebé. Si tienes alguna duda o inquietud, no dudes en consultar con un pediatra o un experto en natación infantil. Disfruta de este tiempo especial en la piscina junto a tu bebé y crea recuerdos inolvidables.

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Preguntas Frecuentes


¿Cómo puedo proteger a mi bebé del sol?

Es esencial proteger a tu bebé del sol cuando están en la piscina. Utiliza un protector solar específico para bebés y aplícalo en todas las áreas expuestas de la piel. Considera, además, una gorra o sombrero para mantenerlo a la sombra en la medida de lo posible.

¿Qué debo hacer si mi bebé tiene miedo al agua?

Si tu bebé muestra miedo o resistencia al agua, es importante tomar las cosas con calma y no forzarlo. Puedes empezar, gradualmente, a acercarlo al agua para que la explore y juegue con ella, siempre con tu apoyo y brindándole una sensación de seguridad. Recuerda que es clave que el ambiente sea positivo y divertido, y considera llevar juguetes flotantes o juegos interactivos para ayudar a crear una asociación positiva con el agua.

¿Qué debo hacer después de salir de la piscina?

Después de salir de la piscina, seca bien a tu bebé con una toalla suave y cálida. Presta especial atención a los pliegues de la piel para evitar la humedad excesiva. También puedes aplicar una loción humectante para ayudar a mantener la piel hidratada y suave.